sábado, 30 de octubre de 2010

Gorgeous


'Suburbia' - Richard Linklater

You hear a song, you spin around
And you laugh as your feet hit the ground
You feel like a celebration
This time around

So you go to a bar
And you talk to your friends
About girls and cars
And even though you're bored
They'll only go this far

You're so gorgeous, baby
You're so gorgeous, save me
You're so gorgeous, baby
Yes you are

'Gorgeous', Gene Loves Jezebel


Quisiera poder contar la experiencia de lo que es ser joven. El concepto de lo que es ser verdaderamente joven. De qué manera productiva funciona la incoherencia y la segundidad, entonces me remito a esa figura libre de inhibiciones, libre de barreras que operan desde el inconsciente, barreras que como sistema en algún punto se convierten en abstracciones reales que actúan como falsos moderadores, y tomo como ejemplo esa lista de enumerables valores mundanos, hipócritas, ingentes, convocados a proclamarse en la mal llamada “madurez”.

Quisiera poder precisar ese punto donde la inocencia deja de ser inocencia y se transforma en un cuerpo orgánico que funciona con sus miedos, sus asombros, sus pasiones y pulsiones, con su goce fuera de toda pretensión superadora, solo goce en su más alto pedestal. Siempre con sufrimiento, pero un sufrimiento placentero en su llegar a cada uno de los nervios de ese todo; y a veces, pocas pero precisas veces, un llanto, un llanto dado desde lo más profundo de la honestidad para con sí-mismo.

Nunca vi algo más perfecto, extraído de su circunstancia y de sus limitaciones, arrojado al mundo de manera tan sincera, tan sabia. El engranaje perfecto para que uno se sienta funcional, el elemento liberador, pero inalcanzable, inalcanzable, imposible de alcanzar, y justamente por eso, incorruptible.

Quisiera no querer explicar, lo que, por grandilocuente connivencia, jamás seré.