Giorgio de Chirico - Hector y Andrómaca , 1917
Todas las noches le pedía que toque la misma canción, por lo menos el principio, creo que finalmente era lo único que sabía. Pero a mí me seducía lo mismo, y a pesar de que por repetición ya se convertía en un chiste, yo lo disfrutaba, porque me recordaba en qué lugar estábamos. Algunos no llegamos a ver algo mejor.
Eras la melancolía, o más bien querías serla. Pero yo te advertí que no es lo mismo pensar en Andrómaca que recordarla, si es a eso a lo que Baudelaire se refería.
Yo te dije: “de las cosas que forjás como recuerdos, sólo los mismos que son ahora, serán después” y te remarqué: “si prohibimos de manera arbitraria el sentido, el sentido se abrirá paso, como se abren paso los vivos más allá de las tumbas”. Pero vos no me escuchaste, y atado al mástil de las sirenas me dijiste: “vos sabrás pronto, lo que por fuera de la nostalgia yo volveré a ser”.
Así, reflejados en el rio de lo incierto, vimos la intensidad de eso que retorna y vuelve a nacer. Estabas cerca, muy cerca, con el viento impiadoso que muy rápido al oído nos susurraba lo ingente.
El tiempo ya era una imposición.
1 comentario:
Dejarse llevar por el canto de las sirenas fue mas agradable de lo que creías. Hipnotizado hiciste caso a mis palabras, y aunque creíste incierto ese camino me dejaste llevarte.
te adoro~
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