viernes, 12 de diciembre de 2008
Secreto.
jueves, 13 de noviembre de 2008
Romance de Barrio
-¿Ella te dijo eso?
-Sí, y fue muy clara
-Pero, y vos ¿Qué le dijiste?
-Que no.
Dos predicadores me decían que mi problema era que no creía ni en mí mismo. Lo primero que se me vino a la mente fue un tango: "... Hoy no creo ni en mí mismo, todo es grupo, todo es falso; y aquél, el que está más alto, es igual a los demás...". Me sonreí pensado en lo desvariada y divagante que puede llegar a ser mi mente, y en lo poco que me importa lo que me digan dos viejos predicadores del oeste. Aunque me percataba de que el análisis de un físico nuclear agnóstico, probablemente, hubiera resuelto lo mismo. Y lo peor era que yo no pensaba en otra cosa que no fuera en mí mismo, tal vez ahí estaba el problema.
domingo, 21 de septiembre de 2008
viernes, 22 de agosto de 2008
Se hará justicia
In a lifetime.
Deberás recordar esto: un beso es sólo un beso.
Tiempo en mis manos (...)
Llorar por las noches si es necesario,
¿Es por eso que la llaman tristeza?
Es por eso que la llaman tristeza
martes, 5 de agosto de 2008
The year of the cat.
(...)
viernes, 4 de julio de 2008
Nos detuvimos.
Acaso te llamaras solamente María../ No sé si eras el eco de una vieja canción,/ sólo se que una noche fuiste hondamente mía/ sobre un paisaje triste, desmayado de amor...
El Otoño te trajo, mojando de agonía,/ tu sombrerito pobre y el tapado marrón.../ Si eras como la calle de la Melancolía,/ que llovía... llovía sobre mi corazón.
(...)
"Ellos siempre harán que un enamorado se sienta un tonto" café de por medio esa frase se repetía en mi cabeza, yo que en ese instante me decidía a empezar a fumar, como si alguna imagen de Humprey Bogart me diera la certeza de que la agonía se pasa mejor con vicios, y como si desde afuera una cámara me filmara, quería padecer de una bella manera. El suicido era la única salida viable, pero rencoroso yo, sabía de la perfección de la idea y no la barajaba como algo para hacer, en cierto punto lo disfrutaba, pero nunca, nunca me tomé en serio. Fracaso de fracasos, intentando tomar whisky como si eso fuera... me hiciera. Remedio de remedios."Recogeré las piezas y compondré mi corazón, realmente no sé por dónde empezar" tres cubitos de hielo haciendo su característico sonido cuando muevo el vaso bruscamente, cuando busco desesperadamente la razón ajena, busco eso que me delega su imagen, una melancolía caprichosa y necesitada,
"Nunca podrás cambiar el modo en que sienten".
Si realmente yo quisiera como no se debe querer, yo sería solidario, pero no lo soy, nadie lo es, soy egoísta, somos, los dos y eso no es malo, es una virtud, lástima que no puedan verlo, tal vez por eso quiero que te quedes ¿Qué satisfacción más grande habría? Entonces digo, no me importan tus argumentos, lo que sé, es que sería más infeliz, aunque tal vez más sabio, si te vas definitivamente. Y en el ínterin alego: podría (por qué no) gustarte ese juego, del que está hecha la especie.
"Así que adiós, pero por favor no te lleves mi corazón" Viajante de viajantes, con la mente volamos a donde queremos, porque si yo puedo oler los cafés de Nueva York sin siquiera haber pisado un aeropuerto, podemos estar en el lugar más perfecto y más mentado, abstraído de realidades chavacanizadoras. Lo mejor está en los sentidos que desean, en la imaginación de las sensaciones, de las ideas absolutas; donde queremos, donde sabemos: el caribe, la estepa rusa, el Tibet; es la magdalena de Proust que nos transporta. "Pero recuerda esto: cada otro beso que alguna vez des, mientras los dos existamos; cuando necesites la mano de otro hombre, ese con el cual realmente puedas rendirte, yo te esperaré, como siempre lo hago. Es que hay algo ahí que no se puede comparar con ningún otro."
Y tal vez si deseo, el deseo debería ser eterno, porque ahí podría encontrar el punto exacto donde exploten mis emociones... tal vez quedarse en vigilia eterna sea lo incorrecto, eso que quiero que quieras hacerme hacer, como Humprey Bogart nunca lo hubiera hecho (por eso busco su imagen en un Cary Grant).
"Tal vez, sólo tal vez, hayas estado besando a un tonto..."
lunes, 23 de junio de 2008
Melancolía
La historia de la melancolía/ nos incluye a todos./ me retuerzo entre las sábanas sucias/ mientras fijo mi mirada/ en las paredes azules/ y nada./ me he acostumbrado tanto a la melancolía/ que/ la saludo como a una vieja/ amiga./ ahora tendré 15 minutos de aflicción/ por la pelirroja que se fue,/ se lo diré a los dioses./ me siento realmente mal/ realmente triste/ entonces me levanto/ PURIFICADO/ aunque no haya resuelto/ nada/ (…) / hay algo mal en mí/ además de la/ melancolía
jueves, 22 de mayo de 2008
De esclavos y lobbistas
Creo fervientemente que hay un punto en la vida de un hombre (sexo masculino) donde descubre a Brian Ferry. Después de eso uno se da cuenta de que en su vida lo único importante es encontrar la mejor versión de "Slave to love" o el mejor video en vivo de "Limbo" y ver Psicópata Americano tratando de buscar la equivalencia a ese peinado tan generacional, pero a la vez tan único. Y tararse cantando, porque es imposible seguirle el tempo (por lo menos en sus canciones más autónomas) y darse cuenta el por qué del odio que le tenía (y tiene) Brian Eno, de porque es tan básicamente funcional a cualquier emprendimiento, a ese nervio que él siempre está dispuesto a hacer perdurar; tendría que practicar años para poder hacer todas esas muecas que realiza con la cara, como si sus músculos reaccionaran directamente al sonido, como un espasmo sutil, tal vez la música sea eso. Pero centrándome nuevamente no en Ferry propiamente sino en su idea, lo que debería ser para la especie y para cualquier humano con un poco de sensibilidad; es que hay sencillamente algo en ese erotismo apolítico que le escupe a la ideología y aboga por la moral sentimental, como un postulado romántico acerca de lo imponente de las emociones cotidianas, que más allá de las camisas y los trajes, nos habla principalmente de lo superficial, de lo llano, eso que resulta tan complejo, y tan cool. Y que obviando las reminiscencias a Oscar Wilde, epicúreos y si jugamos un poco con lo intelectual, por qué no, a Nietzsche (entre tantos otros) nos transporta al plano de las formas, la despreocupación por el todo y la continuidad del manierismo, con lo volátil, lo liviano, flotando, Ferry flota y no lo busca, no se preocupa, pero flota.
Desde esas vueltas cristalizadas luego en destino, una audición para ser la voz principal en King Crimson un rebote y la bronca que le dio vida a Roxy Music (agradecemos al destino entonces) Bryan Ferry siempre fue esa idea que se muestra, ese Ferry perspicaz, que mira con fijeza puntos indescriptibles, invisibles al ojo común; ya sea pelo largo, ya sea ojos delineados, ya sea más rocker, ya sea más yuppie, ya sea más glam, ya sea art-pop, contracultural, comercial o british, las contradicciones son el juego y hacen en su conjunto un postulado: se niegan a sí mismas, Ferry con su liviandad las niega, simplemente por estilo, y porque demuestra (o intenta indirectamente demostrar) que eso no es importante, y esa imagen forzada, probablemente irreal, es la que a fin de lo que por esencia es una carrera, cuenta, nada más. Y si bien Avalon fue el sumun de las despreocupaciones que Roxy Music venía profesando (esa madurez del sonido definitivo) la ironía final, que devendría para el público en el principio de la carrera de solista de Ferry, es en realidad la salida de Eno lo que le da vía libre a Roxy Music para degustar la avaricia comercial y sin dudas desenvuelve el rollo artístico ya gastado, de un sector para la época muy gastado.
No es ingente pensar en cómo Ferry se reproduce involuntariamente, como un virus, desde la liviandad de la pantalla de un televisor, pasando por los bajos armoniosos en un estéreo. Su música (suya únicamente) invade los espacios y se instala, como un viejo una pipa y un sillón de una sola pieza, en el ambiente mental y se repite cual disco de vinilo (únicamente de vinilo) eterno, es la candidez conformista, elaborada y profunda, del placer sensorial. Todo, absolutamente todo en Ferry, en lo que proyectamos de él, está dispuesto como un gran sistema, todo un engranaje, en donde la suma de todas las partes conforma lo primordial: la pose; cada palabra, cada letra, cada movimiento, nota, sonido (probablemente involuntario) se predispone a sufrir, a ironizar, a satirizar, a divertir, o en su conjunto, como decimos, a relajar, y no pensar, no pensar pensando y principalmente sentir, culposamente sentir, inocentemente sentir. Sentir desde la imagen que nuestros ojos absorben, desde mi esfuerzo por condensar en él (uno más, uno del montón, algo especial)"todo".
domingo, 20 de abril de 2008
Tiempo
Hojas caídas en la noche ¿quién puede decir donde soplan? Como un sueño en la mañana ¿quién puede decir dónde vamos?
lunes, 14 de abril de 2008
Control.
Empieza, como un impulso asesino, sí, asesino, y no estoy exagerando, ni siendo grandilocuente o pretencioso, no. Deseo, ganas de matar, a quien sea, al que camina al lado tuyo en la oscuridad, al que luego habla, al que se sienta de un lado y no del otro. Furia, rabia, la cabeza arriba, luces indecisas, ni apagadas ni prendidas, una histeria colectiva, ángulos, pelos, putos la mayoría, putos todos. Comienza la mentira, con expectativa, mucha expectativa, en demasía brota de los ojos, de la lengua (siempre solitaria por supuesto) pero desganado en el habla, te inmiscuís en esa viscosidad, asquerosa y molesta, pero no incomoda, placer de maldad, pura y exquisita maldad, te convertís en un nazi, un racista, juzgás sin saber, sin entender nada, pero te encanta, te da placer, casi acabás, un orgasmo egoísta, el más egoísta, ni masturbación, simplemente se hace, no lo haces vos, no lo producís, ni nadie.
Entonces sigue, y tocás los bordes de tu trono, con miedo de abarcar más de lo que da tu reino, y mirás la frontera con asco, a veces con envidia, golpeas, pataleas y sentís ganas de vomitar encima de todo, porque queres sacártelo, no lo aguantas, (además ya no juzgás, que te importa el bien, el mal) pero lo pretendes. Entonces sigue, sigue y se calma, encontras tu cuerpo, ubicas tu mente y utilizas el tacto, esta áspero y eso te atrae; suena una canción, la música del fondo, vos, ladrón, criminal, te la robas y la llevas hacia delante ¡usurpador! Y apretas el puño, sabes que perdiste la oportunidad de ser racional, de jugar al “tipo” de todos los tipos que creen que saben lo que luego van a decir, aunque después utilices tu hipocresía y falsees los conceptos, hagas una cátedra, un discurso teórico de las “poses”. Calma otra vez, la punzante calma, la que te pide sangre, sed de sangre, de eso verdadero. Mirás a una punta y recorres con la vista el largo y doloroso camino que te lleva hacia la otra, y cuando llegas querés comenzar a bajar (te duelen las viseras) lo haces, bajas, aunque no esté permitido, te chupa un huevo, la mitad del otro, seguís, y seguís cometiendo faltas, te olvidas de lo interior ¡asesino! Sabés que no podes, que te van a atrapar, sin embargo una vez que estás abajo transitás hasta el otro extremo, y puede que estés llegando a la claridad, gozas… es un rectángulo. Ya perdido, te fijás en las texturas del mamotreto ese gigante, crees rugoso, luego liso, pero lleno de pozos diseminados sin ningún orden, sin lógica, pero adrede. Extraes caras, las observas, carentes de volumen, de hilo conductor, encontras la narración pura de tu espíritu, sos, por esos dos precisos segundos, un zombie, fuera de todo; lo único verdadero que podrás llegar a ser.
Aunque sea contradictorio el tiempo pasa, y te das cuenta, es triste, tal vez hasta tedioso por definición; ya sedado (que importa, ya mataste) haces una ultima observación, sinuosa y escondida, con destellos de ira, apretás los dientes fuerte muy fuerte, un lado, el otro, las paredes, la podredumbre de la gente, la cosa verde que se ilumina y que mintiendo dice “salida” pero que no lleva más que a Bs. As., no tenés escapatoria, sólo escalones. Final, pensás, tratas de delegar emociones, estás jugado, y lo haces, pero sabes, engaños, nomás; “Love will tear us apart” sacudís la cabeza (despacio) para arriba, para abajo, y como un espasmo movés las piernas. Muchos se van, vos no, no sabes por qué, pero te hipnotizan los nombres y las palabras, la aún persistente oscuridad, que se va y sólo queda en tu mente, las luces se encienden, se apaga el proyector y hasta que tus coterráneos no pisan el suelo, las demagógicas escalinatas, vos no salís. Un minuto más y serias el ser mas coherente y perspicaz, pero gastado te vas y todo vuelve a comenzar, miras los afiches, “próximos estrenos”, próximas mentiras. Construís un poco de retórica, sonreís y cerras las puertas.
lunes, 7 de abril de 2008
Afiches
Cruel en el cartel/ la propaganda manda cruel en el cartel/ y en el fetiche de un afiche de papel/ se vende la ilusión/ se rifa el corazón...
Y apareces tú/ vendiendo el último jirón de juventud/ cargándome otra vez la cruz/ ¡Cruel en el cartel! te ríes, corazón/
jueves, 13 de marzo de 2008
Palestina 748
lunes, 3 de marzo de 2008
Corte y confección
Hay sueño en el aire esta noche/ a la cual no puedo arrancarle palabras/ que despabilen a la inspiración/ quiero decir todo eso que es bello e impuro/ no soy más que el silencio interior/ no soy más que la desidia exterior/ y siempre vuelvo a mis instintos/ rancio amanecer, suicida amanecer, continuo amanecer/ “ve tú a esos distritos de tristeza”/ la ciudad se desmorona/ pánico en las calles/ sólo eso.
sábado, 23 de febrero de 2008
Lastima bandoneón
Esta que vemos. Esta ciudad que tiene un perfume tan particular, un sonido tan propio. Esta Buenos Aires de gente joven con jeans o con saco, que quiere hacer música y empieza por donde habitualmente empiezan los jóvenes: por el ritmo. Esta ciudad en la que tienen un lugar importante los roqueros, los que hacen la música que ellos llaman progresiva. Se les pasará... Llegaran al tango, con los años llegaran. Ellos apuntan a Buenos Aires, y está claro que es así cuando incorporan un bandoneón a sus formaciones. Por supuesto que ese bandoneón cumple una función casi decorativa, es casi un saxofón. Pero ellos quieren hacer música de la ciudad, y a mí, ser uno de sus ídolos es una cosa que me emociona.
A esa ciudad de la humedad y de la nostalgia esta dirigida mi música, mi tango.
A. Piazzolla
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“¡Acaso te llamaras solamente María!” una vez lo grito, no se dio cuenta y no era algo extraño pensar que estaba herido, o por lo menos así yo quería creerlo. Nunca le hablé, una vez me dijo algo así como “che pibe, tenes un tabaco” a lo que bajé la cabeza y seguí mi destino en otras mesas, no me sentía a la altura de sus gestos, era intocable esa imagen para mí, charro deseo mío de conservarlo como lo soñaba. Si hubiera sabido que sólo sería mi recuerdo gris, que él era eso que yo no podía ser, eso que yo quería retratar.
Tango deseaba, tango me daba el aire, tango que se cruzaba con The velvet underground, con U2, con Pink Floyd y con otros, por eso era difícil saber si realmente me estaba entregando al momento, porque me esforzaba, logré llorar... pero cómo saber. De vez en cuando se pedía una grappa, esos días que de verdad quería olvidar, yo suponía que era por el frió o la lluvia que todo se conjugaba en penas, Marcial del fondo ponía la música: "desde mi triste soledad veré caer las rosas muertas de mi juventud..." y yo miraba como caía en desgracia aquel (único e irreal) cafetín, como ya eran más los turistas, más los visitantes, más que las personas de verdad. En el medio estaba yo, yo que era una especie de ente que no se desidia por un tiempo, que no sabía respetar sus espacios, que tenía miedo de pertenecer a ese ambiente que ya estaba muerto. Pero qué placer, qué placer llegar a comprenderlos aunque sea un poco, sólo aspiraba a eso, a mirarlos y a pensar que entendía la angustia fuera de toda preocupación posmoderna. Mi maldición maleva, yo sufría a través de ellos, no por ellos, sino por otras heridas, "nací a las penas, bebí mis años..." me gustaba pensar que realmente podía ser así, que alguien podía ser la perfección de la nostalgia.
Buenos Aires como lágrimas de bandoneón, el viejo con bigotes que caen de costado hacia abajo, sin fuerza, las arrugas blancas, lo poco plateado de su sien. Por mis bosquejos de esa perfección, deje de ir un par de días, vagué y pensé demasiado en el tenor de su voz, en si realmente valía la pena que le siguieran pasando los abriles ¿no sería hermoso un adiós muchachos y final? o por lo menos para mí, para poder arrancarme esa presión, esa que me delega su imagen, mi condena es no poder elegir ¿desear tal vez? lo que no me corresponde. No quise mirarlo.
Como un intento de Borges, al no poder negarse a sí mismo para poder pertenecer en ese ambiente, intente circundar esas calles, delimitar las ochavas que ya habían desaparecido, teniendo la dicha de ser el espectador de, simplemente, lo único que quedaba de la creación de esa irrealidad de otras épocas, que alguien, tal vez de mí tiempo imaginó. Ese día me acerque decidido (si la muerte tuviera algo especial a dos chicos jugando en la calle) imágenes malevas, entre cuchillos y noches, penetraban; no emitió sonido, y fue ahí cuando me acordé de "Sur": "¡si yo te quiero turra mía!" el empedrado mojado y ella yéndose.
Soltó el cigarrillo, dejó el café y cantó las cuarenta.
A mi viejo.
domingo, 17 de febrero de 2008
I guess that's why they call It the Blues.
lunes, 28 de enero de 2008
Las habilidades perdidas
Una vez escribí algo sobre un beso ¿lo escribí? No recuerdo ¿era una canción? ¿otra mierda más? No importa, nada me hace sentir mejor (y cuando digo mejor digo peor) que una canción de Steve Winwood a las 6 de la tarde un sábado nublado.
domingo, 13 de enero de 2008
Va a estar bueno Ponylandia..
Me di cuenta que estando en el tumulto de lo que se oculta para estar bien, uno tiene que relajarse.